Disciplinas espirituales P4
El Evangelio — Nuestra Responsabilidad de Compartirlo
Texto principal: Mateo 28:19-20
«Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones…»
- ¿Por qué hablar del evangelio nos causa ansiedad?
Para muchos cristianos, el solo hecho de pensar en compartir su fe provoca nerviosismo, inseguridad o miedo.
Nos preguntamos:
- ¿Y si no sé qué decir?
- ¿Y si me hacen una pregunta que no puedo responder?
- ¿Y si me rechazan?
Pero el evangelio no es una carga, es una buena noticia.
La ansiedad disminuye cuando recordamos que no depende de nuestra elocuencia, sino del poder de Dios.
- La evangelización es algo que se espera de nosotros
La Biblia deja muy claro que compartir el evangelio no es opcional, es una misión.
- Mateo 28:19-20 – “Vayan y hagan discípulos… enseñándoles que guarden todas las cosas…”
- Marcos 16:15 – “Vayan por todo el mundo y prediquen la buena noticia a todos.”
- Juan 20:21 – “Como el Padre me envió, también yo los envío a ustedes.”
- Hechos 1:8 – “Recibirán poder… y serán mis testigos…”
Reflexión para el grupo:
¿Te consideras un testigo de lo que Jesús ha hecho en tu vida?
- La evangelización tiene poder
Muchos creen que no pueden evangelizar porque no saben cómo, pero la práctica es el mejor antídoto contra la inseguridad.
- La evangelización es una disciplina, no un talento especial.
- Cada uno debe estar atento a las oportunidades que surgen naturalmente en conversaciones 1 a 1.
- No necesitas saberlo todo; solo necesitas ser obediente y abrir la boca.
Ejercicio sugerido para el grupo:
Piensa en alguien con quien podrías tener una conversación sencilla sobre tu fe esta semana.
- Ejemplos prácticos para evangelizar
- Empieza por practicar con alguien cercano: un amigo, tu cónyuge, otro creyente.
- Luego intenta compartir algo breve con un compañero de trabajo o con alguien que Dios ponga en tu camino.
- No memorices un discurso; habla con naturalidad y sinceridad.
La gente no necesita un sermón, necesita escuchar cómo Jesús ha cambiado tu vida.
Importante recordar:
- Lucas 19:40 – “Si estos callaran, las piedras clamarían.”
Si nosotros no hablamos, Dios usará otros medios, pero nos está llamando a ser su voz. - 1 Corintios 9:16 – “¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!”
Para Pablo, no era una opción. Era una necesidad profunda.
- Conclusión:
Evangelizar no se trata de tener todas las respuestas, sino de dar el siguiente paso con fe.
Tú no transformas vidas; Dios lo hace. Tú solo eres el mensajero.
Desafío para esta semana:
Ora por una oportunidad específica para compartir tu fe y prepárate para hablar con sinceridad.